martes, 28 de julio de 2015

RESUMEN: AMOR Y VÍNCULOS DE PAREJA (CRISTINA PORTOCARRERO REY)

RESUMEN: AMOR Y VÍNCULOS DE PAREJA (CRISTINA PORTOCARRERO REY)

ANTECEDENTES DEL AMOR
Desde hace décadas, el amor ha cambiado y ha sido reemplazado por un amor promocionado, el cual se presenta como un ansiado producto asociado al Sexo, Belleza y Dinero.
El amor por sus raíces y sustrato biológicos, ha dejado indicios de su existencia desde tiempo remotos. Fisher (2004) no ofrece algunos vestigios de este ancestral encuentro. Poemas grabados en tablillas cuneiformes atestiguan la pasión de Inarina, reina de Sumeria por un joven pastor llamado Dumuzi, al que ella se refería como “Mi Amado, la delicia de mis ojos”.
En diversas culturas y épocas se han registrado conmovedoras historias de amor, muchas de las cuales han sido condenadas por diversidad de las costumbres. Estas historias terminaron con la muestre de uno o ambos amantes. Se conocen narraciones y objetos artísticos que atestiguan la pasión de Isis y Osiris en Egipto, hace 3000 años.
De la misma manera han sido divulgadas las románticas y trágicas historias de helena y Paris; Orfeo y Euridice; Romeo y Julieta; Abelardo y Eloisa; yo Tristan e Isolda.
Podemos decir, por experiencia propia y por lo que manifiestan a nuestro alrededor, que el amor es el sentimiento de vivencia de algo real y un sueño de felicidad que se anhela, recuerda, disfruta, y en muchos casos, se sufre, ya que en muchos casos se gana o se pierde.
Para el Psicólogo Sternberg (1989), el amor no existe en una realidad particular que sea experimentada por todas las personas de igual forma, teniendo un marco conceptual en cada sociedad y tiempo.
Cada cultura plasma sus propias maneras de comprender y vivir esta relación: la forma que yo amo y me pueden amas. Esto influye en las actitudes y prácticas sexuales que son objeto de reinterpretación según las ideologías y el avance de las fuerzas productivas de la época.
Siguiendo con lo histórico, la soci9edad más representativa de Occidente era Grecia. Entre los griegos se mantuvo una forma de asumir el género.  Para el varón adulto, el efebo adolescente era el objeto de amor, aunque esta posibilidad y experiencia no lo definía sexualmente. Para esa sociedad, esta conducta sexual consistía en algo “normal” de los hombres, que disfrutaban paralelamente sus relaciones con mujeres d la misma manera.
El matrimonio cumplía roles sociales ordenado de la reproducción y daba lugar decoroso a la mujer y los hijos. Sin embargo, dentro de esta institución no era frecuente el amor pasional ni el romántico hacia la mujer.
En los siglos XVIII y XIX se siguió aceptando el sufrimiento social del amor. Hermosas doncellas eran confinadas en inaccesible torres de piedra o se autoaniquilaban con una especie de depresión y anorexia femenina de la época, por causa del amor fracasado, impedido o censurado.
Trágico pero verdadero, y duro también.
ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL AMOR
Ahora bien, volviendo al ahora, podemos hablar de algunas características del amor como tal.
Para Marina (2005) el amor podría ser la atención  focalizada o una experiencia intensa. La vivencia de una súbita tristeza si el objeto de amor se nos aleja. Aunque no toda tristeza es amor, tristeza o no, el amor es deseo latente de posesión del otro. Aristóteles decía: “Amar  es querer el bien para el otro”, el amor busca plenitud en la reciprocidad, sentido de la vida y completitud.
Es pertinente destacar que la sexualidad es tema obligado en las relaciones de amor y de pareja, nadie lo duda hoy, ya que estas interacciones humanas en sociedad sufren influencias y manipulaciones interesadas.
Para los franceses, el amor y el sexo guardan su lugar tradicional. Se les acepta como sentimientos o estados devastadores y por lo tanto “irracionales”.
Entre los americanos, el amor no es el único productor de las relaciones de pareja para el matrimonio. En china lo romántico resultaría una pretensión ilícita, por la poca calidez que tienen los valores individuales.
NATURALEZA Y CULTURA EN LA PRAXIS DEL AMOR
Cada ser humano tiene un juego multimillonario de genes repartidos en los 23 pares de cromosomas provenientes de la madre y del padre.
El último par determina el sexo cuando ocurre el encuentro de las células germinales al momento de la concepción. Una mujer siempre será XX en su par 23, y XY en el caso de ser varón.
En un experimento realizado  por Claus Wedekind, de la Universidad de Lausana en Suiza, referido a las camisetas sudadas, 49 mujeres debían escoger por el olor una camiseta proveniente de hombres de diferentes genotipos y sistemas inmunológicos; se observó que cada una selecciono el hombre genotípica e inmunológicamente distinto de ella. En consecuencia el investigador concluyo que elegimos aquello que nos falta (Slater 2006).
Lo que confirmaría que hay un propósito biológico ancestral en el enamorarse de un alguien que complemente o ayude a mejorar la descendencia.
Muchos de los notables avances de la humanidad han sido motivados por la sexualidad. Los beneficios y seguridades que buscamos han sido siempre movilizadores sociales básicos relacionados con la pareja humana y su descendencia. Desde la concepción empieza nuestra maduración neurofisiológica y continúa integralmente en nuestras etapas psicosexuales después del nacimiento. En el curso de la primera infancia y pubertad, hasta el final de la vida.
Nos situamos siempre como varón o mujer en las diferentes interrelaciones. Como se ve, vamos construyendo o reafirmando nuestro genero e identidad sexual desde antes de nacer, en la socialización familiar y frente a nuestros padres. Según Freud, el cuerpo y el yo progresivamente toman significados, para conformar aquellas etapas psicosexuales antes emocionadas y futura personalidad.
DEL ENAMORAMIENTO AL AMOR ROMANTICO
Son comunes los enamoramientos en la temprana edad de la juventud. El enamoramiento es parte de la conducta del emparejamiento entre seres humanos.
Sin duda que enamorarse puede ser la más excitante experiencia, una que nos copa totalmente. Un estado mental y hormonal que presenta sintomatología característica como ansiedad, sudoración, falta de apetito, necesidad constante del objeto de amor, embeleso, excitación, optimismo, deseo sexual, pasión, alegría, etc.
Cuesta comprender como puede la mente (y el cuerpo) encaran bien el difícil problema de escoger pareja; presionados además por múltiples exigencias culturales.
Como experiencia intima, estar enamorado resulta tan excitante, al punto que muchos buscan encontrar día a día el amor de su vida. Sabemos que enamorarse implica sexo. Aunque para algunos podría ser componente separable del amor romántico.
Los recientes experimentos han dejado ver que en el enamoramiento diferentes áreas cerebrales se activan. De estas pruebas se pudo concluir que los circuitos neuronales del enamoramiento que llevan al amor romántico, se  garantice la conservación de la especie, más allá de nuestros propios propósitos como individuos en el aquí y ahora.
En el amor romántico, según los escaneados cerebrales se activa la región subcortical y la del ganglio basal, productoras de dopamina y norepinefrina.
La psiquiatra italiana Donatella Morazziti, según Slater (2006), llevo a cabo un estudio con 24 hombres y mujeres que venían pasando 6 meses en relaciones de enamoramiento, para aplicarles una prueba de sangre  y observar el nivel de serotonina. Se encontró dicha sustancia al 40% por debajo de lo normal. La investigadora registró de inmediato que este desequilibrio ocurre de igual manera en los trastornos obsesivo-compulsivo. Un síndrome que puede formar parte o se asocia a otros desordenes y psicopatologías frecuentes como la depresión. Siendo entonces que se aplican psicofármacos como el Zolof, Prosac, Paxil, etc., con el objeto de modificar los desequilibrios de dicho neurotransmisor. Serenada la pasión del enamoramiento, se modifica la euforia y la ansiedad.
SEXO Y AMOR
Sabemos que existe el sexo sin amor. Que solo algunos enamorados se dirigen hacia el amor romántico y estos se caracterizan por estar insuflados de pasión sexual. Para algunos el sexo o la inquietud sexual provienen de estímulos mentales que se presentan en diferentes y múltiples ocasiones, en especial cuando el enamorado permite evocar recuerdos o momentos eróticos-sexuales determinados y experimentados con la amada. Ocurre también frente a imágenes de una película o al oír una canción (hay muchas formas de estimular el romanticismo y el sexo). Es real y aceptamos que puede darse el sexo como interés único hacia alguien, como algo concreto diferente del amor, “Sexo Puro”, así es reconocido incluso en otras culturas.
Se concluye entonces, según la misma autora, que con amor o sin este, el sexo es la pasión universal más rendidora.
Muchos conocemos y damos por hecho que hay alimentos, ungüentos o talismanes afrodisíacos. Durante el reinado de Isabel I de Inglaterra se repartían ciruelas como afrodisíacos en los burdeles.
Los árabes hace probar un poco de joroba de camello a sus mujeres para tenerlas estimuladas para lo erótico y sexual (Fisher 2004). Sin ir muy lejos, entre los peruanos se recomienda comer mariscos para una noche de sexo pasional.
Desde lo biológico sabemos que los cambios hormonales influyen en el deseo sexual femenino al acercarse el día de la ovulación. Los efectos de la edad en las personas mayores, por la disminución de hormonas o por actitud social represora, hace que le deje de interesar el sexo.
Actualmente, en la menopausia, las mujeres tienen la posibilidad de recurrir a la inoculación de estrógenos sintéticos y adicionar incluso testosterona para mejorar su motivación libidinal. Ambos sexos con alguna dosis de esta hormona masculina pueden incrementar su  interés por lo sexual. Aunque en lo psicológico cosas diferentes estimulan el erotismo de los hombres y mujeres; al parecer algunas palabras o situaciones eróticas en imágenes que involucran afecto y compromiso levantan las fantasías sexuales del llamado “Sexo Débil”.
Los varones, en cambio son más visuales y consumidores de imágenes, se focalizan en partes del cuerpo así como en actos de copulación. Estas remembranzas hacen subir la testosterona con su correspondiente ventajoso resultado para el coito.
Para el sexólogo peruano Marco Aurelio Denegri. El sexo se puede dar independiente del amor y en muchos casos cree que con este se empeora e interfiere su competencia. Estar enamorado también puede ser rentable para algunos, pues el amor energiza el impulso sexual debido a los circuitos cerebrales que segregan dopamina y norepirefrina.
En el amor romántico no olvidemos que se anexa la dopamina y la norepirefrina, ambas ayudan a desencadenar el deseo sexual. Todo lo cual es beneficioso para la especie y la humanización de la sexualidad. No cabe duda que tenemos conexiones de circuitos cerebrales que pueden reforzarse mutuamente y generar el circuito virtuoso de la pasión. De modo que lo amoroso romántico bien puede generar y energizar el deseo sexual.
En conclusión, es posible que el sexo no lleve a muchas parejas al amor romántico pasional.
DEL COMO PUEDO AMAR O COMO PUEDEN AMARME
Nuestro desarrollo integral desde bebes hasta la pubertad forman una buena parte del trastorno instrumental psicodinámico para escoger pareja, mantenerse en esta o encarar la ruptura.
Para la autora, el amor romántico es indesligable del impulso del emparejamiento y del deseo de satisfacción sexual como proceso. Le sigue el Apego o experiencia reciproca de seguridad y unión en la pareja instalada, no se excluye los aspectos psicosociales que intervienen en la elección de la pareja y su posible mantenimiento.
Sternberg (1998) ubica este criterio en lo que denomina Filtrado secuencial o expectativas sociales. Se refiere a lo que algunos buscamos encontrar en nuestros elegidos.
Ya embarcados en la relación, nos quejamos pasado cierto tiempo que se acabó el interés sexual o somos más amados y hasta maltratados.
El amor, para Freud, es sexualidad sublimada que incluye un rango de conflictos inconscientes.
A nivel consciente, todos tenemos estereotipos de belleza y la tendencia a gustar de personas física y psicológicamente parecidas a uno. Se atribuye bondad y competencia intelectual a las personas atractivas. Sternberg (1998) anota que no se busca la más atractiva, sino en todo caso, un nivel de atracción personal compatible con el de uno. Cada género como tal busca o prioriza diferentes cosas del otro cuando elige pareja.
En nuestra cultura de tecnologías globalizantes y visuales, la belleza es cada vez más sobrevalorada y promocionada a través de los medios de comunicación, tanto ha sido exaltado su valor que ejerce gran poder a todas luces. Ser bella ahora es un paradigma, aunque con estereotipos impuestos por la sociedad o gusto dominante que influyen y angustian especialmente a las mujeres, las que pueden llegar a estados neuróticos y presentar trastornos alimentarios hasta poner sus vidas en riesgo por alcanzar la figura ideal de moda.
Los varones escogen a la mujer linda porque con una bella mujer se incrementa el poder de los machos evolutivamente. Socialmente en el aquí y ahora, la belleza de la mujer escogida por el varón se traduce como elevación de sus imagen.
Uno cree que la gente común alcanza fácil el amor. Los canallas, mitómanos, donjuanes, comerciantes, machistas, abusadores e inmorales, es claro que encuentran su alma gemela. Pero hay muchas probabilidades que estas sean igualmente despreciables como ellos.
Cada cual ama y escoge a otro como puede, según quién es. Dando buen uso a los instrumentos neuropsicosociales adecuados de la personalidad, propios del emparejamiento.
Cuando de enamorados una o uno cree que debe terminar una relación por descalificación del otro, no hay que retroceder. Vale la pena oír estas voces que se escuchan en nuestro interior, que no son manipulables como nuestras conciencias o racionalizaciones.
FACILITADORES DEL EMPAREJAMIENTO
Además de lo paradigmático que es la belleza y la juventud para el enamoramiento, no dudamos que construir relaciones amorosas requiere de los amantes, coincidentes condiciones culturales, éticas y emocionales. Por ellos mencionaremos algunas situaciones definitorias en las relaciones de pareja apoyándonos en las propuestas de Sternberg (1988):
Proximidad: mirara al otro “para”. Esta cercanía puede conducir a la intimidad pero también a una impredecible antipatía. Se aprueba o descalifica al otro en este inicial tramo.
Excitación: Seducir al otro significa movilizar caso todos los recursos y habilidades personales.
Reciprocidad: Somos por los otros. Con cada persona o interrelación sabemos nuevas cosas de nosotros mismos.
Similitud: Si una pareja tiene los mismos niveles educativos y aspiraciones intelectuales o sociales habrá buenas bases para apreciarse mutuamente.
Obstáculos: Para el enamoramiento la oposición resulta estimulante. La oposición paterna incrementaba el deseo de lograr los proyectos de amor de los jóvenes enamorados (Romeo y Julieta). Influye grandemente y enardece el amor, como destaca Sternberg (1998), aquello difícil de conseguir, se busca lo inalcanzable.
Otro factor significativo es el sexo, que ocupa un lugar especial en el sustrato bioneuronal que sostiene al inicio y siempre una relación de amor. El apetito sexual y el amor romántico van por circuitos cerebrales distintos, pero se asocian en determinados momentos. Se dan, sin embargo relaciones sexuales con quienes no estamos enamorados. Pero lo sorprendente es en todo caso que se puede estar enamorada o enamorado de quien ni siquiera ha llegado a besar.
DESEMPAREJAMIENTO O RUPTURA
Cuando el amor es desafortunado, vale la hipótesis frustración-agresión que ofrece Fisher (2004). Reacciones repetidamente estudiadas y observadas en laboratorios dejan ver que la furia es el sentimiento defensivo típico frente al desaire de una pareja objeto de pasión y amor.
En el desenlace amoroso, cuando se evidencia la ira ésta sirve para desprenderse de las uniones sin futuro. Implica violentos sentimientos de descontento con uno mismo, reproche por haber desperdiciado tiempo y energía en algo o alguien disfuncional.
La pérdida del ser amado se procesa y se sobrevive a ella aunque marca con tristeza y depresión al animal humano sensible normal. Muchas veces significara riesgo para su salud mental y autoconservación; de ahí además de suicidios, pueden desencadenarse peleas pasionales fatales.
Bien sabemos que subirse al coche del romance puede ser un acierto o grave error. La intensidad de los sentimientos en el enamoramiento y en el auge del amor romántico, proveerán al amante de fuerza y coraje, pero también estados de miedo o enmudecimiento. Como cuando un enamorado esta en presencia del amado o amada (Sternberg, 1998). Sin contar con otros estados obsesivos compulsivos, solo se tiene cabeza para nuestro romance, sea pasional o cuando éste termine a pesar nuestro.
De estos temas socialmente se encarga la literatura rosa. Se alcanzan versiones románticas de parejas que se aman y que sueñan fuera de toda realidad económico-social. Dándonos la impresión que el amor es fantástico, atemporal, misterioso e incomprensible; que lo arregla todo sorprendentemente.
Es evidente que de los des-emparejamientos o des-enamoramientos nos ocupamos poco y nada. A no ser por los personajes literarios que nos llegan a través de la producción industrial de canciones de amor y novelas por la televisión. Antes eran las historietas de amor lacrimógeno.
Se promociona el amor y el enamoramiento, peor no así sus demás vínculos y desarrollos; no así los factores de su organización o mantenimiento con la calidad de vida; no se nos prepara contra los desastres que ocasionan las rupturas. Todas las historias quieren parecer que terminan con aquello de: “se casaron y fueron felices”; romper una relación es consecuencia, suena como un fracaso de vida.
Difícil resulta decidir sobre la pareja conveniente, el llevar a proyecto conyugal una intensa emoción de atracción mutua de sexo y amor sin tener en cuenta algunas de las múltiples variables que están en juego: Las neurofisiológicas, filogenéticas y psicosociales. Se trata del encuentro de dos personalidades, de dos situaciones económicas y culturales; aquello es de lo que jamás hablamos. Caemos así en espejismos y al error repetidas veces como lo viene afirmando el sexólogo peruano Denegri.
Lo dramático que sucede en los inicios del enamoramiento o en la relación de larga data, es que cuando ocurren los des-emparejamientos, tiran al suelo al más enganchado de los amantes. Hay un buen porcentaje de encuentros dañinos con toda seguridad, sobre todo cuando inconscientemente se utiliza a la pareja para llenar un vacío interior. Es común encontrar mujeres devastadas d dolor, cuando sus parejas después de haber sido salvadas de su indigencia afectiva y moral la abandonan.
Muchos defectos individuales y de la sociedad pueden recaer sobre el amor. Sin embargo, por excepción, hay posibilidades para un encuentro real según los valores y personalidad de sus conformantes. Para aquellos que ofrecen un buen nivel superestructural y calidad humana, habrá tal vez un día o muchos de amor enriquecedor. Las relaciones crecen y se modifican, de ahí lo determinante que resultan los aspectos culturales y axiológicos en el tú y yo que se confrontan y deben evaluarse con alguna racionalidad posible.
Por la naturaleza y funciones de las relaciones de pareja, se requiere prever aspectos de salud física, tanto como aquellas de consecuencias económicas y jurídicas según el sexo y los roles establecidos. Amar no es solo volar por las nubes, es a la vez asunto terrenal, económico o legal concretos, en la unión o ruptura. Es preferible relaciones autenticas cortas, que largas solo de apariencia. Hacer pareja es producto de un propósito, de inteligencia, valores y personalidad coincidentes en la vida.
Es claro que el des-emparejamiento o ruptura puede ocurrir, pero será un evento manejable sino proviene de la traición, ni del descubrimiento de la doble vida del otro, que sin duda es desmoralización total; se puede perder el amor, pero no la fe por la humanidad.
El final de una relación amorosa tiene un inicio e historia. Se presenta primero como idea en uno y después en los miembros de la pareja. Generalmente las malas relaciones en una pareja implican para la mujer, deprivación sexual y afectiva. Aislamiento social real. Sentimientos de fracaso y culpa. Es frecuente que uno de los emparejados sea más conflictivo que el otro y ocasione y sea quien desencadene más sufrimientos y malestar en toda la familia.
Habrá sin duda trastornos psicofisiológicos frente al impacto de la separación o perdida, como lo hemos revisado antes. Según la configuración ideológica de cada uno, se pronosticaría el futuro de los amantes; del amor instalado o de la ruptura. Si el matrimonio fue malo, el divorcio será peor.
Los hechos nos dicen que experimentar atracción sexual pasional en el enamoramiento o amor romántico, no es garantía para el mantenimiento de la relación amorosa o vincular. Según los protagonistas, la unión es predecible, sobre todo después de unos años de convivencia y en nuestras actuales sociedades que van cambiando los roles tradicionales de género.
AMOR Y VÍNCULOS COMO TAREAS REALES
Decir “el amor” solamente, no describe las necesidades y la naturaleza de los lazos o vínculos que requieren control consiente para conformar parejas viables por muchos años.
El autor plantea un triángulo de lados iguales, en cuyo vértice superior ubica la intimidad; equivalente a comunicación, mutua entrega, deseo de estar juntos, darse apoyo, trasparencia, confianza y admiración. Seguido coloca en ambos lados del triángulo a la pasión como atracción física y sexual y al frente, el compromiso. Este como la decisión responsable para cumplir los roles sexuales, morales, económicos u otros que toda convivencia íntima merece, sean novios o esposos.
Una relación con este equilibrio de lo que damos y recibimos, puede ayudar a superardiversas crisis y desgastes naturales. Crear algunos vínculos conyugales sanos. Cumpliéndose ojala la fantasía de amor, apegofílica, intelectual y romántica: “Hasta que la muerte los separe”.

Nota: CRISTO ES EL ÚNICO QUE NOS PUEDE DAR UN AMOR VERDADERO 1CORINTIOS 13:4-13

¡DIOS LOS BENDIGA!

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